Nacimiento y Expansión

William G. Morgan (1870 – 1942) norteamericano nacido en el Estado de Nueva York, a pasado a la historia del deporte como el creador del juego del Voleibol en la ciudad HOLYOKE en 1895, al que en un principio nombró como “MINTONETTE

“En su vida como estudiante en la universidad de Springfield College, institución dependiente de la “YOUNG MEN´S CHRISTIAN ASSOCIATTION” (YMCA – Asociación Cristiana de Jóvenes), W. Morgan intercambió ideas con James Naismith, quien en 1891 había inventado el baloncesto. Al descubrir aquella actividad, comenzó a practicarla y la adoptó.”

EL VOLEIBOL EN URUGUAY 

Para hablar del Vóleibol Uruguayo desde sus comienzos, puede comprenderse mejor si analizamos nuestro país en el marco de sus procesos sociales, culturales y económicos, por ejemplo:

Todos los avances deportivos entre los que destacamos el surgimiento, la consolidación del Voleibol, la integración del país al contexto internacional y  la afiliación de una sede en Uruguay al movimiento internacional de la ACJ, no son casuales. Nuestro país vivía desde comienzos del siglo XX importantes cambios estructurales, sociales y políticos, como la pacificación nacional luego de la última de las guerras civiles entre partidos políticos tradicionales; la separación del Estado de la Iglesia católica; la nueva legislación laboral con la ley de las ocho horas; el inicio de la aviación comercial conectando al país con el mundo a través de la más moderna tecnología de entonces.

En este marco se produce el surgimiento del Vóleibol.

La historia nacional de este deporte, necesariamente nos lleva a mencionar al profesor Jess T. Hopkins, pionero de esta especialidad, que recién llegado a nuestro país trabajó con esfuerzo, visión de futuro, para introducirlo y popularizarlo entre nuestros jóvenes desde la Asociación Cristiana  (ACJ) en el año 1912.

En reconocimiento a esta labor se le considera como el fundador del Vóleibol en Uruguay. Indudablemente, Montevideo, fue la encargada de esta difusión a través de la ACJ, donde este deporte se aferra con gran entusiasmo.

El Colegio Internacional de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en Springfield, en el año 1891-92 ya disponía de  Secretarios y Directores de Educación Física de todo el mundo.

Los egresados de este colegio tuvieron gran participación al momento de introducir las bases del voleibol en los Estados Unidos.

En 1909 un fiel colaborador de la Asociación Cristiana de Jóvenes, llamado Felipe Conrad, recibe una propuesta de sus superiores, viajar al Uruguay más específicamente a la ciudad de Montevideo para formar una sucursal de dicha asociación ubicada en un pequeño local de la calle Reconquista, con el fin de  iniciar actividades sociales, culturales y deportivas para jóvenes. Este emprendimiento fue apoyado por el Ing. Eduardo Monteverde, un destacado matemático uruguayo, quien a raíz de su gran participación y esfuerzo se lo nombra integrante de la directiva.

Los jóvenes uruguayos solicitaron al Directorio local la necesidad de contar con un Profesor de Educación  Física con experiencia. Esta inquietud fue elevada a la central internacional de la ACJ ubicada en EEUU, quien decidió luego de un extenso debate, el envío a Uruguay, de un profesor calificado y con manejo del idioma español. El elegido por la central, fue el Prof. Mr. Jess T. Hopkins, quien arribó a Montevideo en 1912, siendo este el verdadero introductor del Voleibol en Uruguay.  La expansión fue de tal graduación y entusiasmo que ya en ese mismo año se organizaron los primeros encuentros en Montevideo, los que luego se ampliaron a todo el país, inclusive se realizaron intercambios con equipos de países vecinos.

Por el año 1914,  es fundada formalmente, por un pequeño grupo de socios, la primera Institución de la Asociación Cristiana de Jóvenes en nuestro país, para la práctica de actividades sociales, culturales y deportivas. El gimnasio estaba ubicado en la calle Treinta y Tres, esquina Reconquista; allí se realizaron las primeras exhibiciones.  Su Presidente fue el Sr. Antonio Messano y otros dirigentes fueron: los Sres. Rodríguez Palacios, César y Marcial Gil, Víctor Soliño, Juan A. Collazo, Ramos y Macagno.

El 6 de Marzo de 1915 se constituyó la Federación Deportiva del Uruguay que fue reconocida después de aprobada la carta orgánica por la CNEF (Comisión Nacional de Educación Física).

 Sus primeros integrantes fueron:

  Presidente: Dr. Fransisco Ghilione (CNEF)

  Vicepresidente: Sr. Antonio Messano (Basquetbol)

  Secretario: Sr. Juan A. Astengo (Atletismo)

  Pro-Secretario: Sr. Pablo Hargons (Lucha)

  Fiscal: Dr. Atilio Narancio (CNEF)

  Delegados: Sr. Carlos Sacchi (Hipismo)

                      Sr. S. F. Binión (Tenis)

                      Sr. Juan T. Cuceo (Tiro)

                      Sr. M. Farinha Zorrilla (Ciclismo)

                      Sr. Allén O. Crocker (Voleibol)

                      Sr. Alfredo Cerato (Natación)

Director: Prof. Jess T. Hopkins (Director técnico de la CNEF.

El 19 de Marzo de 1915 se fundó la Unión de Sociedades de Voleibol, formando parte después de la Federación Deportiva Uruguaya,

En octubre de ese mismo año, se inaugura la Plaza de Deportes No.3 en el Parque Urbano (el actual Parque Rodó) éste fue un predio de vital importancia para el desarrollo del deporte y actividades físicas de los montevideanos, favorecido por una ubicación privilegiada y una excepcional infraestructura para esa época, donde se encontraban las mejores canchas. El día de su inauguración fue el momento elegido para concretar el primer enfrentamiento amistoso, en cancha abierta, de Voleibol y Basquetbol.

Luego de su inauguración fue un lugar muy concurrido por las familias de la zona, las cuales disfrutaban las mañanas y las tardes realizando actividades deportivas; también concurrían equipos de los barrios linderos a efectuar sus prácticas debido a que todavía no contaban con canchas propias.

Y poco a poco comenzaron a crearse los distintos clubes montevideanos que se identificaban con el barrio donde se localizara su sede, y éstos fueron ampliando la gama de distintas disciplinas deportivas y sociales.

Todo este auge de la creación de los clubes vino acompañado de un hecho social importantísimo, una legislación del trabajo y protectora de los obreros y otros sectores populares (la ley de 8 horas fue aprobada en 1915) que dio  garantías para el retiro de los trabajadores establecidas por diferentes leyes que fundaron Cajas de Jubilaciones para casi todos los oficios en los años 20. Este acontecimiento fue sin duda uno de los factores que produjo más tiempo libre en la población dedicándosele a descansar y recrearse llevando a éstas a unirse a los clubes de su barrio, siendo el deporte Voleibol unos de los preferidos, debido a que se podía jugar sin ningún problema de forma mixta, por el solo hecho de pasar un buen rato, en cambio los deportes futbol y basquetbol se practicaban de forma más competitiva y exclusivamente por  hombres.

Es importante mencionar, que demográficamente, el país contaba con 1.042.000 habitantes, según el Censo realizado en 1908 (apenas duplicó su población en 1930, estimada en 1.900.000). El descenso de la tasa de mortalidad fue muy significativo, se debió sobre todo al avance del nivel de vida de la población y a las medidas higiénicas que el gobierno adoptó. El descenso relevante de la tasa de natalidad convirtió al Uruguay, probablemente en el primer país de América Latina que obviamente controlaba sus nacimientos.

La difusión de la cultura (la tasa de analfabetismo también descendió y se expandió la Enseñanza Secundaria en el interior del país); la fácil recepción de los modelos demográficos europeos por una población de origen inmigratorio; la mentalidad prudente de las dominantes clases medias; todo ello explica que el Uruguay tuviera de sí mismo la imagen de un país moderno, europeizado y escasamente latinoamericano. Un dato más contribuía a acentuar esta imagen, la cultura y la enseñanza se habían secularizado, la influencia de la Iglesia Católica era escasa, al grado de que sin mayores repercusiones sociales, ni políticas, el Estado y la Iglesia se separaron por la Constitución del 25 de noviembre de 1917.

Se plebiscitó una nueva Constitución. En ella, el Estado pasó de denominarse » Estado Oriental delUruguay» a llamarse «República Oriental del Uruguay«. Además, se establece un Poder Ejecutivo colegiado y autonomías municipales.

Así como fue creciendo el país y mejorando su estructura, también crecían los clubes en cuanto a socios e infraestructura. Comenzaron a darse acontecimientos en torno al deporte, por ejemplo: La primera transmisión deportiva que estuvo a cargo de Claudio Sapelli, que retransmitió los detalles del partido de fútbol entre Uruguay y Brasil el 1º de octubre de 1922, en la azotea del diario El Plata. Con un potente receptor captaba relatos de radios brasileras e imaginaba el encuentro por el sudamericano que se desarrollaba en Río de Janeiro.

Los años fueron pasando y las mujeres fueron tomando protagonismo, tanto en lo deportivo como en lo social. El 3 de julio de 1927, por primera vez en la historia de América del Sur, las mujeres votaron en un plebiscito en la localidad de Cerro Chato, departamento de Durazno, Uruguay.

El país crecía en la década del 20 y un alto porcentaje de la población vivía en muy buenas condiciones hasta que se ve afectado como el resto del mundo por la crisis económica mundial iniciada en 1929 en Estados Unidos, repercutiendo en el Uruguay a partir de 1930-31.

El descenso del precio de las materias primas y alimentos que el Uruguay exportaba  tanto como las restricciones del comercio internacional, generaron aumento de la desocupación y caída del ingreso.Notándose este impacto en el crecimiento de los clubes, teniendo que postergar proyectos de crecimiento de infraestructura, hasta tal punto que se  suspendieron los campeonatos nacionales de voleibol, desde el año 1931 hasta 1934.

Comenzó una  lucha por la distribución del capital, se acentuó el conflicto entre los grupos sociales, el reformismo social batllista fue enjuiciado duramente por ineficaz y populista por las gremiales de estancieros y comerciantes que criticaban el peso impositivo del Estado siendo éste uno de los tantos factores que llevara a que Gabriel Terra oyera estas demandas de la clase alta. Con el apoyo de algunas fracciones de los dos partidos tradicionales dio un golpe de Estado el 31 de marzo de 1933, disolviendo el Poder Legislativo y la parte colegiada del Poder Ejecutivo.

La lenta recuperación de la economía mundial, el peso en la sociedad  de las tradiciones democráticas, el alineamiento del Uruguay con los Aliados enemigos del nazi-fascismo en la II Guerra Mundial (1939-45),determinaron la recuperación plena de la vida institucional democrática con las elecciones de noviembre de 1942 en las que fue electo presidente Juan José de Amézaga (1943-1947).

 Nuestro país conoció en carne propia, el drama de la guerra, cuando un mercante de bandera uruguayaque lucía el nombre de «Montevideo», atravesaba  las aguas del Caribe con medio centenar de hombres a bordo,  fue impactado por torpedos y fuego de artillería lanzada desde un submarino. El ataque dejó el saldo de varios heridos y de 14 compatriotas muertos. Luego del periodo de Amézaga vino el gobierno de Luis Batlle Berres (1947-1951), la prosperidad económica se consolidó por los crecientes beneficios que deparó a las exportaciones uruguayas la guerra de Corea (1950-1953). En 1952 se adoptó una nueva Constitución que implantó una estructura colegiada de nueve miembros para el Poder Ejecutivo, seis de ellos para el partido mayoritario y tres para el que le siguiera en votos.

La intervención del Estado en la economía recibió un nuevo impulso con la nacionalización de las empresas británicas (ferrocarriles y aguas corrientes, 1949). En realidad, Gran Bretaña pagó de esa manera al Uruguay la deuda que había contraído por el suministro de carnes uruguayas durante la II Guerra Mundial.

La prosperidad económica y el impulso del gobierno de este segundo Batllismo, consolidaron un vigoroso crecimiento de la industria de sustitución de importaciones. El número de obreros aumentó con espectacularidad.

Toda la década del 40` los campeonatos nacionales fueron suspendidos siendo retomados en 1950, con la participación de equipos del interior en representación de sus respectivos departamentos. Sin embargo, los campeonatos federales con equipos de la capital fueron retomados en el año 1946.

Los años 50, no solo fueron gloriosos por el ya conocido maracanazo, donde en el mundial de futbol disputado en Brasil, Uruguay consigue la copa mundial por segunda vez, nada más y nada menos ganándole  la final al local en el estadio Maracaná, de Rio de Janeiro, con capacidad colmada por los hinchas brasileros.

El encuentro terminó 2 a 1 a favor de Uruguay enmudeciendo a todo el estadio, considerándose la mayor hazaña deportiva en la historia de los mundiales.

Un año más tarde las selecciones masculina y femenina de Voleibol consiguen sus mejores actuaciones a nivel sudamericano, al alcanzar colgarse la medalla de plata, perdiendo en la final con el tradicional rival, Brasil.

Se repitió la muy buena actuación, en el año 1956, conquistando nuevamente la medalla plateada, medalla que no se ha vuelto a conseguir hasta la actualidad.

No todo lo bueno se lograba en lo deportivo, sino que dos años más tarde del maracanazo la Administración de Obras Sanitarias del Estado, desde el 19 de diciembre de 1952, ha encarado en la República Oriental del Uruguay la prestación del Abastecimiento Público de Agua Potable y del Alcantarillado Sanitario en el Interior, logrando en el transcurso de su gestión una cobertura de agua potable segura, del 96% para el total del país y del 98% para las zonas urbanas, siendo el país con mayor porcentaje de Sudamérica.

El país de los años 50 parecía recordar al de los años 20. El desarrollo  cultural era muy importante y el analfabetismo tendía a desaparecer. Desde el gobierno se insistía en que el Uruguay era la Suiza de América, por la continuidad de su democracia, la fuerza de su clase media, por el Ejecutivo Colegiado que lo regía, y todo este auge económico, político y social se veía reflejado en las muy buenas actuaciones deportivas en las distintas disciplinas.

Si tuviéramos que dividir el siglo XX en cuatro fracciones hipotéticas, la tercera etapa de la historia del Uruguay en el siglo XX (1959- 1985), estuvo caracterizada por la crisis, el estancamiento económico y en sus años finales (1973-1985), por la caída de las instituciones democráticas.

La instalación de una dictadura militar, de  larga duración en el Uruguay, revela la gravedad de la situación.

A  lo largo de la historia, los triunfos deportivos, no escapan de la situación económica-política-social del país; en lo que se refiere al Voleibol las últimas medallas conquistadas a nivel sudamericano en categoría femenina fueron en el año 1973 (Bronce) y en la categoría masculina, 1971 (Plata).

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